Ayer cerraron las míticas oficinas de DC cómics en Nueva
York. Durante mucho tiempo, por esas puertas han pasado los mayores talentos de
la industria del cómic. Eso había llenado el lugar de una energía y fuerza
descomunales, que se notaba sinergia de trabajo, en el arte que se publicaba allí.
Como aficionado quiero darles las gracias porque con sus
decisiones, pude leer impresionantes historias; sus elecciones me han
proporcionado un universo de cómics con los que he disfrutado cada momento.
Como agente quiero darles las gracias porque desde el
principio supe que leían mis e-mails, con el arte de mis autores. Saber que no
estas escribiendo hacia la nada, sino a personas que saben que estas allí,
trabajando duramente, es muy reconfortante.
La primera vez que pisé las oficinas de DC comics en el número
1700 de Broadway fue en el 1998. En mi segundo viaje a San Diego, para la Cómic Con junto a Eduardo Alpuente. Continuamos nuestro viaje en USA en la gran
manzana. En un día luminoso de Julio, llegue a las oficinas de DC en un taxi. Tiene
su gracia, porque mi hotel estaba a tres manzanas de allí, pero yo estaba
demasiado perdido para saber moverme por la gran ciudad.
La primera impresión fue de estar entrando en un edificio de oficinas muy profesional y serio, con paredes de mármol y ocho ascensores. Tras
registrarme en la puerta, el encargado de la relación con los artistas bajó de
las oficinas a la entrada, para llevarme
a su despacho.
Pero la verdad es que la seriedad se convirtió en calidez
cuando, al abrirse las puertas del ascensor, vi el mural de todos los superhéroes
DC dibujados por los mayores artistas del genero. No podía imaginar después de
la primera impresión casi de frialdad, muchos de mis héroes favoritos me darían
la bienvenida en su casa.
La reunión fue larga y me dieron muchos consejos para
mejorar mi arte. Al salir, algo me dijo que no sería la última vez.
La segunda vez yo había colgado los lápices y había empezado
una aventura como agente, en el 2005, con mi socia Patricia y con PP Caldelas. Cuando PP
nos sugirió a Pati y a mí que deberíamos viajar a NY para visitar las grandes
empresas de cómic y darnos a conocer como representantes, dentro de Nutopi@ nos
pareció una gran idea.
Muchas anécdotas nos dio ese viaje. Pero una de ellas fue
nuestra visita a DC comics. Tras indicarle a los dos que nos debíamos registrar
en la puerta subimos en el ascensor hasta las oficinas.
Allí seguían mis amigos, en la pared, dándonos a los tres la
bienvenida. Yo disimuladamente les devolví el saludo.
La entrevista fue en el despacho de Dan Didio, un despacho
de dos vientos, donde tenías una impresionante vista de Broadway. Quedé muy
impresionado porque Dan recibía constantemente mensajes por algo similar a
twitter. Cada vez que daba una respuesta a nuestras preguntas escribía algo a un
editor; finalmente la reunión fue muy satisfactoria.
Y volví a sentirme como en casa.
Hoy Pati me ha enviado las fotos de aquel viaje… con las que
ilustro este post. Realmente fueron buenos tiempos, éramos mas jóvenes y teníamos
mas pelo.
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