Todo empieza hace unos años cuando la editorial Emmanuel
Proust quiebra por culpa de la crisis. Esta pequeña editorial francesa ya tenía
problemas de liquidez antes, pero en
plena crisis decide dejar de pagar a Jean-Yves. Esto probocó que fueran a
juicio. Por lo que se ve, el editor le vendió su catalogo a un segundo editor,
y eso ha provocado que Jean-Yves no pueda recuperar sus derechos, según un
juez.
La relación editor-autor en Francia siempre fue muy
importante, se creaban clanes de autores-editores con nombre propio, como "Spirou", "Tintín",
"Driver
", "Continuará", "Circus",
"Moving" y otros. Luego, a medida que pasaba el tiempo, los clanes ancestrales
fueron desapareciendo y aparecieron otros. Con estos cambios los autores han
variado en sus deseos individuales, sus estados de ánimo, sus amistades y sus
formas. Los editores también han cambiado, y a veces han invitado a unirse a
otros autores a sus clanes, con nuevos proyectos. Y estas colaboraciones aunque
buscaban el beneficio de ambas partes siempre eran respetuosas, aunque efímeras
o imperfectas. Pero esto ha cambiado últimamente, con excusas como problemas de
liquidez, la crisis, la desconfianza a llegado al mercado hermano. Esto esta
pasando factura en muchas editoriales pequeñas.
Los pequeños editores están acusando mucho la crisis
económica, pero también la crisis de confianza. La misma confianza que hizo que
editoriales pequeñas como Glenat, sea una de las más grandes de nuestro país
vecino.
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