Este sábado, hablando con mi amigo David, le comenté que debía
tratar a sus jefes, no pidiendo, sino dando por hecho. Eso es muy importante,
ya que siempre le oigo decir que nuestro amigo Rafa, podría hacer eso o aquello…
“que a estas alturas tendría que tener dos propiedades”… es algo que me sienta
como una puñalada. Cada vez que mi amigo David dice eso, se empequeñece un poco
más. Se recuerda a sí mismo que Rafa si y él no. Pues eso me revienta. Porque
es como uno se muestra a los demás, es como le ven a uno.
Si vas de “soy la polla” la gente dice eres “un chirimoyas”.
Pero si vas de “no soy mucho”, te verán como “nada”. La difícil tarea es
decirse uno mismo la verdad, ser consciente de quien eres, donde estas, y de lo
que proyectas en los demás. Importa tanto la imagen física como la digital.
Yo, tras cuarenta años, he empezado a quedarme calvo. – Si cuento
que mi padre empezó a los 20, yo me siento muy afortunado de haber disfrutado de
mí pelo durante 20 años más-. Si, y además de una forma asimétrica… y eso me
pareció genial. Pero al final me decidí a comprarme una gorra en mi último
viaje a Madrid… “mu Madrileña”.
No sé… quería ver como se reflejaba esa idea en la gente que
me miraba. Y el primer día que salí a la calle… me miraba mucha gente. La
verdad que no había caras de desaprobación, así que decidí seguir caminando,
con la gorra puesta.
No me importa que la gente me vea con entradas. La verdad es
que es importante para mí que vean que yo no le doy importancia a cosas que
pasan naturalmente, por ejemplo la calvicie. Muchos de los editores con los que
trabajo son calvos, y no se ponen una gorra o un sombrero de vestir.
Así que jamás me pondría junto al traje y sombrero para ir a
hablar con un editor.
La gente que sabe vender, sabe que la ropa es importante,
pero que la ropa hace que te juzguen. E ir con una gorra no me daría distinción.
Provocaría que la gente me juzgara como un idiota pretencioso, que además, “algo
esconde”.
Cuento esto porque creo que debo explicar donde me veo yo,
en la posición entre los artistas secuénciales que han puesto su confianza en
mí, y los editores.
Los artistas secuénciales son mis jefes. Yo no labro su
carrera, la labramos juntos. Eso deja a los editores, un peldaño mas abajo, sin
quitarles importancia. Dando importancia a los que normalmente se sienten pequeños:
Los autores.
Yo no tengo una agencia, porque si no, yo pagaría a los
artistas secuénciales y les buscaría trabajo, para que hicieran sin derecho a
decidir. Eso lo hacen las ETTs.
Yo tengo una empresa de representación. Mis jefes, los
autores secuénciales que han puesto su confianza en mí, deben estar informados
de todos mis esfuerzos para llevarles donde ellos quieran. Y si es DC, mejor.
Daniel Sampere, en un momento de su carrera, decidió dejar
una colección de cómics en Moonstone, para ir un paso más allá.
Sí, yo hubiera sido un agente, le habría obligado a hacer
esa colección de cómics en Moonstone. Es cuestión de agencia, si mi jefe es el
editor, habría hecho lo posible para que Dani hubiera hecho todos los comics de
la serie hasta que el editor hubiera decidido dejar de trabajar con Dani. Yo estuve
de acuerdo para que diera un paso más allá, y eso le condujo a dibujar los tres
últimos números de JLA, antes del Nuevo 52.
Eso tuvo un inconveniente. Moonstone no volvió a ofrecerme
trabajo.
Supe desde el principio que llevar una empresa de
representación tenía sus desventajas. Dani me las recordó.
Amigo mío, me siento orgulloso de ti... y de la dignidad que das a tu trabajo y a los que representas....han pasado casi 30 años que te conozco....me alegra mucho ver hacia donde vas!
ResponderEliminarGracias Raúl. Un abrazo.
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