5. Decir, no mostrar. Comprende de qué trata el momento. ¿Se trata de la información que se transmite, o se trata de los personajes? Si es el último caso, deberías resistir la tentación de cortar una representación visual de la parte de información en cuestión, y quedarte con los personajes que lo discuten, y dándoles el momento de actuación apropiado. Un ejemplo clásico sería la escena final entre Decker y Batty en Blade Runner. La escena no trata de contarnos una historia sobre lo que sucedió en la Puerta Tannhauser. Si ese fuera el caso, querías visualizar un flashback que muestre esas naves en llamas. La escena es sobre Decker mirando a los ojos de Batty, y dándose cuenta de que la existencia de Batty es tan valiosa como la de cualquier otra persona. Lo importante es centrarte en los personajes.
Como artista es posible que tengas un conjunto complejo de hilos que entrelazar, y quieras que la historia se mantenga lineal y digerible, por lo que elegir lo que muestras de lo que dices es primordial. Por supuesto, la elección de contar historia de esta forma se tomo en la película Blade Runner, pero aquí está la hermosa adaptación al cómic de Al Williamson (en francés, nada menos):
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